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LA BUSQUEDA DE CADES BARNEA


Cades Barnea. A muchos les parecerá el nombre de un líder del Estado Islámico. Pero no lo es. Cades Barnea era un lugar situado en algún lugar del sur de Palestina y que es mencionado muchas veces en el Antiguo Testamento.[1] Sin embargo, pocos cristianos reconocen el nombre. Cades no es un nombre popular como lo es Nazaret o Ebenezer, pero es un lugar de considerable importancia en la historia bíblica.


Lo que dice la Biblia

Cades fue el destino de los israelitas después que salieron del monte Sinaí (Números 33:16-33; Deuteronomio 1:19). El relato bíblico presenta a Cades como el punto desde el cual originalmente se iba a emprender la entrada a Canaán, pues fue de ahí que salieron los espías a reconocer la tierra (Números 12: 16; 13:26; Deuteronomio 9:23). En Cades, Israel tuvo su primera derrota militar cuando intentaron entrar a Canaán por su cuenta, al punto que los amalecitas y cananeos los persiguieron “como hacen las avispas” (Deuteronomio 1:44). Fue en Cades que María, la hermana de Moisés, murió (Números 20:1). Y fue en Cades y alrededor de Cades que Israel estuvo divagando en el desierto por treinta y ocho años antes de encaminarse a Canaán por otra ruta (Deuteronomio 1:46; 2:14; Números 20:1, 22; 33:36-37).


Pero no sabemos dónde quedaba Cades. En Deuteronomio 1:2 leemos que “once jornadas hay desde Horeb, camino de los montes de Seir, hasta Cades-barnea”. Esta distancia es estimada por los estudiosos en unos 160 kilómetros (casi 100 millas), más o menos. Por lo tanto, razonan, Cades debe quedar en algún punto de ese perímetro, asumiendo que hemos identificado correctamente el Horeb (Sinaí). Por otra parte, las Escrituras ubican a Cades en las inmediaciones de la frontera del reino de Edom, pues Moisés le dijo al rey de Edom que Israel se encontraba en “Cades, ciudad cercana a tus fronteras” (Números 20:16). Por tanto, si podemos establecer las fronteras de Edom y concurrentemente fijar el perímetro de 160 kilómetros desde Horeb podemos tener alguna idea de dónde quedaba el Cades bíblico. Pero no es tan fácil. El texto bíblico es ambiguo sobre qué tipo de lugar era Cades. En Números 20:16 se le llama “pueblo” o “ciudad” (hebreo, עִ֖יר), no obstante, en ningún lugar se mencionan las estructuras o los habitantes de Cades. Por otra parte, el Salmo 29:8 habla del “desierto de Cades”. Mientras que en Números 33:36 se identifica a Cades con el desierto de Zin cuando dice que los israelitas “salieron de Ezión-geber y acamparon en el desierto de Zin, que es Cades”. Y Números 13:26 coloca a Cades “en el desierto de Parán”. Los desiertos de Zin y Parán son zonas contiguas por lo que es probable que Zin sea una parte de Parán, o que Cades queda en la zona en que el uno se convierte en el otro (esto creía el arqueólogo israelí Rudolph Cohen) o que Zin es sinónimo de Cades, como ya se ha indicado.


Como suele decir un amigo, “no es fácil”.


Lo que dicen los arqueólogos


La mayoría de los estudiosos dan por sentado que en Cades o cerca de Cades existían abastecimientos de agua suficientes para el pueblo Israel y buscan localizar a Cades cerca o alrededor de abastecimientos de agua al sur de Palestina que queden como a 100 millas del perímetro del Sinaí, por las razones ya explicadas. Siguiendo esta suposición, James K. Hoffmeier indica que existen dos lugares que compiten por la ubicación del Cades bíblico a similar distancia de Horeb y con abastecimientos de agua adecuados. Son los modernos oasis de ‘Ain Qadis y de 'Ain Qudeirat. A estos oasis sólo los separa una distancia de unos 10 kilómetros (6 millas). Pero la abrumadora mayoría de los estudiosos de hoy día acepta como la más probable ubicación de Cades el moderno Tell el Qudeirat.[2] De hecho, Hoffmeier declara que “la localización de Cades Barnea es bastante segura”, refiriéndose a El Qudeirat.[3]


El problema es que la suposición de que Cades queda en un abastecimiento de aguas no es tan segura o convincente pues fue en Cades precisamente que se dio el incidente de “las aguas de la rencilla” (Números 20:13), por la ausencia de agua en el lugar. Sin embargo, ese incidente pudo ser causado por una sequía o la insuficiencia temporal de caudal de agua.


La cuestión es que los arqueólogos no encontraron un letrero que decía “Bienvenidos a Cades Barnea, el lugar del que habla la Biblia”. De hecho, la identificación de Cades con el oasis de Qudeirat de que se ha hablado es del siglo XX. Antes de esa época los estudiosos colocaban a Cades cerca o alrededor del Arabá (la depresión que va del sur del Mar Muerto al Golfo de Aqaba o Golfo de Eilat) porque las Escrituras ubican a Cades en la frontera de Edom como se ha dicho (Números 20:16) y en esa época pensaban que Edom se ubicaba en la parte norte de esa región, es decir al norte del Arabá y al sur de Transjordania. Esa todavía es la creencia de los pocos que no creen que Tell-el Qudeirat sea el Cades bíblico.[4] Otros han propuesto una tercera solución, alegando que existían dos Cades, uno occidental (en Qudeirat) y otro oriental (cerca del Arabá o en Petra). Esta tercera teoría no es del todo irrazonable pues, al igual que hoy día, había lugares que compartían un mismo nombre.


Hay que señalar que en esta discusión sobre la ubicación del Cades bíblico muchas veces se asume que las fronteras de Edom eran definidas y fijas a través de su historia, pero eso es muy improbable pues ni siquiera nuestros estados modernos, salvo que sean islas, tienen fronteras estáticas. Baste pensar en los cambios al mapa europeo en los últimos treinta años.[5]


El supuesto problema arqueológico


Las últimas excavaciones realizadas en el área de Tell Qudeirat se realizaron en la década de 1980 por Rudolph Cohen. Cohen informo no haber descubierto prueba de asentamientos humanos antes del 1000 a.C. Esto es relevante para el estudio de la Biblia pues el éxodo bíblico debe haber ocurrido entre el siglo XV y XIII a.C., y la conclusión de Cohen se interpreta como prueba de que las narraciones bíblicas no son verdaderas porque si lo fueran habrían rastros arqueológicos de la presencia de Israel en Cades. Pero claro, esa conclusión, así formulada, es una falacia. El propio Cohen es más objetivo en sus conclusiones que quienes lo citan para desacreditar la historia bíblica. Según Cohen, sus excavaciones en Ein el Qudeirat no revelaron evidencia de objetos de tiempos de Abraham, el éxodo, Josué o Jueces (el segundo milenio) y nos dice:


¿Cómo se explica esto? En primer lugar, la identificación del sitio no es absolutamente segura. La ubicación estratégica de la fortaleza es sin duda lo que podríamos esperar si es Cades-Barnea, el asentamiento fronterizo descrito en Josué 15:1-3. Por otro lado, no tenemos ninguna evidencia escrita, tal como ostracones [piezas de cerámica], probando que este fue el asentamiento fronterizo mencionado en Josué.


El tell [promontorio] en Ein el-Qudeirat aún no ha revelado todo lo que se esconde debajo de su superficie. Las excavaciones han llegado a suelo virgen en sólo unos pocos lugares restringidos del Tell. Puede que restos anteriores no se hayan entendido sobre el área completa del Tell ocupado por las fortalezas posteriores. Los restos anteriores a la monarquía pueden estar ahí, pero puede que no hayamos excavado en aquellas zonas donde se encuentran. Otra posibilidad es que los asentamientos anteriores se produjeron pero no dejaron restos.


Una última posibilidad, que algunos estudiosos instan, es que las referencias bíblicas no son históricas, que son cuentos etiológicos para explicar los acontecimientos posteriores y fueron, de hecho, compuestos durante el período de la monarquía israelita.


Creo que Ein el-Qudeirat probablemente es Cades-Barnea del Éxodo. Pero, al menos por el momento, no podemos estar seguros de qué teoría explica la ausencia de restos arqueológicos de la época de Moisés y el Éxodo. Quizás excavaciones futuras nos darán la respuesta.[6]


Como puede apreciarse, Cohen es comedido en sus conclusiones. Pero no siempre es de esa manera. Hay arqueólogos con sus propias agendas religiosas o antirreligiosas que les inclinan a formular conclusiones en una u otra dirección sin base en la prueba. Pero lo correcto es que las conclusiones deben estar claramente delimitadas y cualificadas por la extensión de las excavaciones y los hallazgos; y las suposiciones de los investigadores claramente expresadas. Los arqueólogos y estudiosos de la Biblia no deben asumir el papel de vendedores de vehículos usados.


Por otra parte, más recientemente, un estudio arqueológico llevado a cabo por Bruins y van der Plicht[7] en las inmediaciones del desierto de Zin reveló que existían restos arqueológicos del segundo milenio antes de Cristo en la región a base de un fechado radiométrico. Si sus premisas y análisis son confirmados la conclusión de Cohen en ese aspecto debe ser cualificada. El estudio fue publicado en el 2007.


De todas maneras, sin embargo, no debemos olvidar que no sabemos a ciencia cierta, como ya explicamos anteriormente, si el Tell el-Qudeirat es la Cades Barnea bíblica. Si al fin resulta que el Tell el-Qudeirat no es Cades, toda la discusión que ha girado sobre la falta de hallazgos por parte de Cohen pierde mucho de su sentido.


Para los interesados, Israel Finkelstein ofrece un panorama de los hallazgos en Tell el-Qudeirat hasta el 2010 en “Kadesh Barnea: A Reevaluation of Its Archaeology and History”, que puede leer aquí.[8]


En conclusión, la mejor contribución a este asunto es hacer más excavaciones e investigaciones. Cades está por allí, esperando ser explorada.

____________________________

[1] No debe confundirse con Kadesh, Qadesh, o Qadeŝ, un lugar al norte de Palestina, por el rio Orontes, donde se llevó a cabo una famosa batalla por Ramsés II.

[2] James K. Hoffmeier, Ancient Israel in Sinai: The Evidence for the Authenticity of the Wilderness Tradition (New York: Oxford University Press, 2005), 123-124. Questia.

[3] Ibid.

[4] Por eso, en mapas bíblicos del siglo XIX y comienzos del XX Cades es ubicado en esas áreas, así como en los mapas que producen quienes todavía afirman la validez de esa localización.

[5] Sobre las fronteras de Edom: Bruce R. Crew, “Did Edom’s Original Territories Extend West Of ‘Wadi Arabah?” Bible and Spade 15:1 (Winter, 2002), 3-9.

[6] Rudolph Cohen, Did I Excavate Kadesh-Barnea? Ein el-Qudeirat Difficulty of site identification and absence of Exodus remains poses problem (1981), visitado el 15 de octubre de 2015: http://www.bible.ca/archeology/bible-archeology-exodus-kadesh-barnea-ein-el-qudeirat-did-i-excavate-kadesh-barnea-rudolph-cohen-bar-1981ad.htm.

[7] H.J. Bruins y J. van der Plicht, “Radiocarbon Dating the ‘Wilderness of Zin”, Radiocarbon Num. 49 (2007), 481–497, visitado el 20 de octubre de 2015: https://journals.uair.arizona.edu/index.php/radiocarbon/article/viewFile/2948/2707

[8] Israel Finkelstein, “Kadesh Barnea: A Reevaluation of Its Archaeology and History”, Tel Aviv Num. 37 (2010), 111–125, visitado el 18 de octubre de 2015: https://israelfinkelstein.files.wordpress.com/2013/07/kadesh-barnea-tel-aviv-37-1.pdf

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